¿ Cómo saber si es hambre real o emocional?
- Me levanto por la mañana con hambre.
- A las pocas horas de comer tengo hambre.
- Por la noche viendo la tele me entra hambre.
¿De que hambre se trata?
- ¿Eres de las que se pone delante de la nevera y rastrea con los ojos para ver qué comer?
- ¿ Eres de las que dice: tengo hambre pero no sé que me apetece?
El hambre real es diferente al hambre emocional, pero después de años comiendo de forma inadecuada ya no sabemos diferenciar una de la otra.
Además, un alimentación y estilo de vida poco saludables han desequilibrado los mecanismos que nos avisan de cuándo comer y cuándo parar.
Una persona sana expuesta a alimentos sanos, come de acuerdo a sus necesidades fisiológicas. Y come solo cuando tiene hambre real.
Pero hoy en día, ¿quién esta sano? Y ¿ quién vive rodeado exclusivamente de alimentos sanos?
Con la primera pregunta caben excepciones, pero con la segunda no. A no ser que vivas en un poblado indígena en mitad de la selva, donde los productores de comida procesada aun no han puesto pie.
DIFERENCIAS ENTRE EL HAMBRE REAL Y EMOCIONAL
Saber la diferencia entre estos dos tipo de hambre es importante porque comiendo con hambre real no engordamos. El cuerpo se regula a si mismo cuando recibe el combustible que corresponde a su fisiología.
El problema es que hoy en día, por la alimentación y estilo de vida, no comemos por hambre real. Y por eso establecemos horarios. Para ponernos un orden.
Si no, puede resultar abrumador.
Hay personas que dicen sentir hambre continuamente, y respetan los horarios de comida para controlar sus impulsos por comer.
Según dicen, podrían estar todo el día comiendo. Es como si la señal de saciedad no se enciende y la del hambre no se apaga.
HAMBRE REAL. COMO RECONOCERLA
Cuando tienes hambre real te apetece comida real.
El hambre real surge cuando el organismo necesita nutrientes y energía para llevar a cabo sus funciones fisiológicas.
Lo que comemos con hambre real se digiere bien porque el cuerpo esta fisiológicamente preparado para recibirla.
Cuando comes con hambre real, dejas de comer cuando estas saciada fisicamente.
Alimentos que comes con hambre real:
– Alimentos enteros que ofrece la naturaleza. Pueden comerse crudos o cocinados.
– Alimentos de origen animal: carnes, pescados, huevos y mariscos.
– Alimentos de origen vegetal: frutas, verduras, hortalizas, legumbres, frutos secos,
semillas y cereales integrales.
HAMBRE EMOCIONAL. COMO RECONOCERLA
Cuando tienes hambre emocional te apetece comida emocional.
El hambre emocional surge por la necesidad de satisfacer una necesidad emocional. Puede ser calmar un malestar, llenar un vacío, o darnos un placer sensorial ( en el paladar).
Lo que comemos con hambre emocional suele sentar mal porque:
1. al no tener hambre real, el cuerpo no esta preparado fisiologicamente para recibir comida.
2. los alimentos que consumimos con este tipo de hambre no son saludables.
Cuando comes con hambre emocional resulta difícil parar de comer porque:
1. la necesidad emocional que nos hizo comer no se satisface con la comida.
2. los alimentos que consumimos con este tipo de hambre son muy adictivos.
Alimentos que comes con hambre emocional:
– Alimentos procesados y refinados.
– Todos vienen en un envase o paquete.
– Alimentos que satisfacen nuestra necesidad de placer para calmar estados de malestar, soledad y frustración.
– Tienen sabores más potentes que los alimentos de la comida real.
– Han sido diseñados para crear adicción.
– A nivel cerebral, estimulan los centros de placer y recompensa igual que lo hacen otras drogas.
CONSECUENCIAS DE COMER CON HAMBRE EMOCIONAL.
Muchos pensaran que comer con hambre emocional es perfectamente válido. ¿ Qué hay de malo en darse un placer?
¿ Qué hay de malo en usar la comida para sobrellevar un bache?
Y tienen razón. Pero los problemas surgen por varias razones.
- Los alimentos que se consumen por hambre emocional son siempre productos refinados y procesados que crean problemas de salud. Si solo los consumimos de manera ocasional , el organismo es capaz de recuperarse del asalto. El problema es que no suele ser así. Su consumo repetitivo y crónico genera las enfermedades más comunes que existen hoy en día: diabetes, síndrome metabólico, hipertensión, dislipidemia, etc.
- Los alimentos que consumimos con hambre emocional son muy adictivos. Empezamos a usarlos para solventar un bache. Después, y debido a su consumo repetitivo, los necesitamos para satisfacer una dependencia física. Nos convertimos en adictos.
- Si siempre que tenemos un problema acudimos a la comida, no desarrollamos las habilidades para solucionar el problema que nos llevo a comer.
Ejemplo: como me siento sola, me zampo un helado y 4 donuts. El helado y los donuts no han solucionado tu problema de soledad. ¿ Qué vas a hacer ahora? ¿ Volver a la tienda a por más?
Al problema de soledad se le ha juntado el problema de culpabilidad por el empacho, el malestar digestivo y los kilos de más.
LA PREGUNTA QUE TE HAS DE HACER CUANDO VAYAS A COMER.
Si todavía estas hecha un lio y te resulta distinguir el hambre real del hambre emocional te propongo una pregunta.
Una pregunta que te debes hacer cuando se te pase por la cabeza la idea de comer.
¿ Qué quiero comer?
- Si quieres comida real ( carne, pescado, huevos, verduras, frutas, frutos secos, legumbres o cereales integrales) ADELANTE. Tienes hambre real y tu cuerpo necesita nutrientes.
- Si quieres comida emocional ( un pastelito, chocolate, helado, chucherias, snacks, galletas….)
STOP. Tienes hambre emocional. Reflexiona y determina qué emoción incomoda quieres acallar con un poco de placer. Y si solo se trata de darte un placer sensorial, porque el alimento que te apetece es muy sabroso, piensa si vale la pena. Muchos alimentos que se comemos sin hambre real, solo para satisfacer el paladar, suelen ser problemáticos. Son alimentos procesados que dañan tu salud y por su naturaleza adictiva crean dependencia.
Mi trabajo como terapeuta nutricional especializada en adicción a la comida es ayudar a las personas que tienen problemas con la comida. Comedores compulsivos, emocionales, personas con ansiedad por comer y con bulimia. Estas personas necesitan recuperar el hambre real para sanar el cuerpo y la mente.
El proceso no es fácil pero es posible. Y al final del esfuerzo hay una gran liberación. La obsesión por comer desaparece y recuperan de nuevo la saciedad.
Una vez recuperadas pueden empezar a dar respuesta a sus necesidades emocionales sin recurrir a la comida. Se abre entonces un mundo de posibilidades. La comida es ahora para nutrir, no para consolar.
Si quieres poner fin a tu situación y hacer las paces con la comida y tu cuerpo te animo a trabajar conmigo. Mi experiencia personal y profesional me han enseñado el camino a recorrer. Ahora lo podemos hacer juntas.
Fuentes: